El maestro de esgrima
"...una carrera prometedora la del teniente Astarloa, truncada casi de su raíz por una locura de juventud. Porque hubo una vez una mantilla blonda bajo la que relucían dos ojos con brillo de azabache, y una mano blanca y fina que movía con gracia un abanico. Porque hubo una vez un joven oficial enamorado hasta la médula y hubo, como solía ocurrir en este tipo de historias, un tercero, un oponente que vino a cruzarse con insolencia en el camino. Hubo un amanecer frío y brumoso, chasquido de sables, un gemido y una mancha roja, sobre una camisa empapada en sudor, que se extendía sin que nadie fuese capaz de restañar la fuente. Hubo un joven pálido, aturdido, contemplando incrédulo esa escena, rodeado por graves rostros de compañeros que le aconsejaban huir, para conservar la libertad que aquella tragedia ponía en peligro. Y hubo una míserable pensión junto al Sena, en una ciudad gris y desconocida a la que llamaban París."
Casualidades de la vida, pero ayer acabé este libro y hoy, un 11 de febrero pero de 1873 se proclamaba la Primera República Española. Y digo casualidad porque el contexto histórico de este libro son los años anteriores a la proclamación de la República. La acción transcurre en 1866 y nos sitúa en una España dividida entre monárquicos y republicanos, con un reinado de Isabel II en decadencia y con la presión de unos generales como Prim y Topete confabulando desde el exilio.
Una vez más Pérez-Reverte muestra ser un maestro en el arte de la pluma, escribiendo una novela donde mezcla muertes misteriosas, intrigas palaciegas, mujeres seductoras, suspense... y todo ello maravillosamente contextualizado en una España convulsa donde nos enseña las dos Españas nacidas el 2 de Mayo de 1808 (la monárquica y la republicana).
Para mí, una de las mejores novelas de este escritor. Y quien lo niegue.... no queda sino batirse.
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