Carta abierta a los Reyes Magos
La adoración de los reyes magos. El Bosco
Queridos Reyes Magos:
Sí, ya sé que soy republicano, bah, minucia, simple matiz. Sí, ya sé que no he sido bueno, la verdad, pero hoy, ilusionado como la primera vez, os he visto en la cabalgata, paseando vuestros tronos cual desfile militar por el ilustre Paseo de la Castellana. Os he visto, os he aplaudido, os he vitoreado. Y sé que me habéis visto, que habéis visto mis ojos de niño que peina entradas prematuramente, y cuando se han cruzado nuestras miradas (sí, la de los tres, las vuestras y la mía), las vuestras a cada cual más dulce, en ese mismo instante me he dado cuenta de que cumpliríais los deseos, mis deseos, que os remití hace unas semanas por correo certificado. Sí, recibisteis mi carta, lo sé, me lo han confirmado en Correos.
Lo dicho: no he sido bueno. Pero... ¿Qué se me puede reprochar? ¿Haber dicho alguna mentira piadosa a algún ave de paso? La pasión se marchita y no hay abono que acabe con la rutina. ¿No ir a trabajar? Estuvimos toda la noche amándonos y, sí, hay algunos que se han muerto por ir sin dormir una noche al currelo. ¿No ir durante dos años consecutivos a su fiesta de cumpleaños? Fue el destino, que por dos veces me hizo un guiño en forma de labios de mujer, entenderlo, tuve que elegir. ¿Soñar con otras? Y qué!! duermo contigo, no? Y te voy a buscar a tu oficina en mi caballo de cartón y me muero si te mueres y, por qué no decirlo... sólo te quiero a ti.
Tampoco es para tanto..... los hay peores. Después de confesar, he de decir, que yo mismo me impongo la penitencia; y con ella, alivio la vuestra. La vuestra, de tener que llevar en una noche, sólo en una, millones de regalos a niños, y no tan niños de todo el mundo. Mi regalo, si creéis que lo merecí, no pesa, no os preocupéis, y no me corre prisa. Además, puedo prometer y prometo que no os enviaré más cartas en los próximos 40 años. Sí, 40 años. Sólo eso dura mi hipoteca, mi regalo.
Lo dicho: no me corre prisa. Véis que os doy facilidades, como me dijo mi banco, o mejor dicho, mi caja. Hasta en esto obré de buena fe. Elegí una caja, para que con mis millones, y durante 40 años pudieran hacer obras sociales e incluso casas encendidas.
Sí véis que es mucho pedir...... no pasa nada, otra vez será, sin rencores. Aún así os podéis pasar por casa, tengo preparados para mí y sus majestades, los cubatas. Para mi perro y los camellos, agua fresca. Prometo risas, pero por favor, entrad por la puerta..... hoy llueve en mi ventana... hoy llueve en Madrid.
2 comentarios
acróbatas -
Un beso!!!
Sandra Becerril -
besos desde México